Las denominadas APTs (Advanced Persistence Threats), Amenazas Avanzadas Persistentes, se abren paso hoy a golpe de ataque y de gran titular. Su existencia e incidencia están íntimamente ligadas a la profesionalización de la ciberdelincuencia, al desarrollo de la Red y sus modalidades de servicio, al crecimiento fulgurante de la dependencia del uso de TIC y a la falta de un frente común y global de defensa. Afectan a personas, organizaciones y países, y en todos los frentes y escalas: económico, político, de orden público... El autor propone en este contexto una mirada al pasado para comprender el presente y dibujar, siquiera fugazmente, un futuro en el que habrá que ir ganando a los ‘cibermalos’ con las armas de siempre: trabajo, leyes, conocimiento de la historia e innovación tecnológica. Algunas, eso sí, también las tienen ellos.