A finales del pasado año la firma de servicios PwC presentó la sexta edición del informe Cybercrime: Protecting against the Growing Threat. Global Economic Crime Survey. Centrado en el pujante escenario de los ciberdelitos, una realidad que en el primer estudio de esta serie publicado por PwC hace ahora diez años era prácticamente desconocida para los encuestados, en esta ocasión ocupa la cuarta posición entre los grandes tipos de delitos económicos, por detrás de la apropiación de activos, el fraude contable y la corrupción y el soborno. Las organizaciones se enfrentan a un creciente volumen de serias amenazas por parte de ciberdelincuentes, de carácter tanto interno como externo, algo que resulta preocupante cuando cuatro de cada diez encuestados cree que su compañía no tiene la capacidad de prevenir ni detectar los delitos digitales.
La edición 2011 del Estudio Global sobre Seguridad en la industria de Tecnología, Medios y Telecomunicaciones (TMT) de Deloitte, recientemente presentada, subraya que los actuales avances en dispositivos móviles, sumados a la omnipresencia de Internet en un entorno “hiperconectado”, se han convertido en la mayor amenaza para aquellas empresas que desean tener su información a buen recaudo. Si en 2010 el 62% de las organizaciones de la industria de TMT afirmaba haber sufrido ataques a la seguridad de su información, en 2011 la cifra aumentó hasta llegar al 75%.