Tecnología, legislación y seguridad digital al servicio de la confianza
El reconocimiento de la identidad, la necesidad de un consenso internacional sobre un tipo de identificador o varios, y su uso confiable en todos los escenarios en los que las personas físicas y jurídicas interactúan en el entorno digital (usos privados, usos profesionales…) siguen siendo un caballo de batalla que requiere de grandes acuerdos entre estados y empresas. A ello se viene a sumar la necesidad de solucionar técnica y legalmente también la maraña de automatización de transacciones que protagonizan –o en las que participan– sistemas, aplicaciones y procesos con mayor o menor carga de IA y autonomía.
Las organizaciones –privadas y públicas– llevan décadas organizando el gobierno y su macroproceso interno de gestión de identidades digitales y accesos, y, al tiempo, dando facilidades para las relaciones con clientes, consumidores y administrados en el ciberespacio y en el espacio ciberfísico. Por su parte, la UE, al objeto de modernizar las relaciones en el espacio interior con seguridad jurídica y empeño en fomentar el comercio y las relaciones entre personas y entre personas y organizaciones, está dando pasos decisivos con su Marco de Identidad Digital (eIDAS2 y EU Digital Wallet).
La confluencia de estos dos mundos es un requisito indispensable para la consolidación de relaciones globales confiables y seguras. Y el programa de IdentiSIC 2024 brinda la posibilidad de conocer servicios y tecnologías orientadas a la confluencia.