Hack me tender, protect me sweet
PongĆ”monos tiernos en estos comienzos de aƱo pues corren tiempos de efemĆ©rides. Media docena de actores punteros de la ciberseguridad vienen celebrando Ćŗltimamente hitos temporales en sus trayectorias. AsĆ, y empezando con el adecuado respeto a los mayores, nosotros mismos, este aƱo nos satisface celebrar el trigĆ©simo aniversario de SecurmĆ”tica, un congreso Ćŗnico en el mundo por su enfoque y aproximación, que se erige en verĆdico termómetro del buen hacer del mundo empresarial en la materia y de sus principales gestores, sitos en la cĆŗspide de la pirĆ”mide de la protección (quienes, por cierto, tal vez estĆ©n a puntito de ver reconocida oficialmente su función, de alguna manera).
TambiĆ©n con tres dĆ©cadas por montera celebra su dilatada presencia en el sector la japonesa Trend Micro. Su actual director para Iberia, entrevistado en esta edición de SIC, resume bien a las claras su compromiso de protección tecnológica de Ćŗltima generación: āCumplimos 30 aƱos sin desviarnos de nuestro ADN: hacer un mundo seguro para el intercambio de información digitalā. Otro tanto sucede, aunque con un lustro menos, con otra de las referencias ineludibles en el frente de las herramientas y soluciones de defensa: la israelĆ Check Point. En este agitado cuarto de siglo ha pasado de ser una compaƱĆa pionera de cortafuegos y soluciones VPN a una empresa global que ofrece una arquitectura de protección multinivel de la información que discurre por la nube, las redes corporativas y los dispositivos móviles. Ambas compaƱĆas, sin menoscabo de otros actores de gran peso āque tambiĆ©n han hecho lo suyoā, vienen aportando valiosos remedios para paliar las estrepitosas chapuzas de un mundo digital pĆ©simamente planificado y peormente āconstruidoā.

Luis G. FernƔndez
Editor
lfernandez@codasic.com
La Agencia EspaƱola de Protección de Datos, que nació casi dos aƱos mĆ”s tarde que SIC, tambiĆ©n anda de fastos. Sus veinticinco primaveras, cinco directores a sus espaldas y variopinta floración legal, han sido recogidas en el libro ā25 aƱos de la AEPD: acompaƱando al ciudadano en su transformación digitalā, que recopila su historia, hitos y actividad desde sus comienzos en 1993. La obra repasa, de forma cronológica, sus progresos tecnológicos y aborda la compleja relación entre tecnologĆa y privacidad. Con todo, hubiera estado bien que alguna unidad de āinspecciónā del organismo de control hubiera advertido en algĆŗn instante de este ajetreado y extenso periodo (9.127 dĆas, oiga) que un medio de comunicación especializado como el que aloja esta sección, es el Ćŗnico en EspaƱa que desde su nacimiento ha acompaƱado siempre su devenir, amplificando y dando visibilidad seria a su quehacer (no pocas veces polĆ©mico) y objetivos ante la audiencia expresamente concernida.
Ya en el Ć”mbito de la divulgación, la formación y la conformación de encuentros aglutinadores de voluntades disruptivas y āaunadoresā de talento lateral, celebra su dĆ©cimo aniversario un potente congreso de ciberseguridad tĆ©cnica muy querido y apoyado en esta casa. En traviesa interpretación, un servidor quiere ver en el tĆtulo de su inminente dĆ©cima edición āRooted Xā el gamberro eslogan numeral asociado a un cine con el que uno de sus cinĆ©filos cofundadores esbozarĆa una indisimulada sonrisa.
Y ya que comenzamos con el genio de Tupelo, acabaremos tambiĆ©n con Ć©l. Al hilo de congratularnos de que solventes compaƱeros de viaje de esta incierta odisea digital gozan de buena salud y cumplen a entera satisfacción sus cometidos, cabe rememorar el fantĆ”stico homenaje que, de famosos tĆtulos de sus canciones, hicieron Dire Straits con su emblemĆ”tico Ćŗltimo single triunfal: āCalling Elvisā. En su estribillo, la sugerente voz de Mark Knopfler, solicitando la proverbial ayuda del cantante, clamaba: āā¦Llamando a Elvis, Āæhay alguien ahĆ?ā. Y nosotros, cómo si no, decimos siempre: āSĆā.