El patito feo de la seguridad
La actual pandemia estĆ” cambiando nuestra forma de trabajar. Esta sentencia se repite una y otra vez desde mediados de marzo de 2020. Ya no es nada novedosa. Las semanas de confinamiento se sucedieron una tras otra y todos tuvimos que aprender a interactuar y a trabajar en una ānueva normalidadā.
Las tres archiconocidas propiedades bĆ”sicas de la seguridad de la información son confidencialidad, integridad y disponibilidad. Tradicionalmente las dos primeras han constituido el objetivo mĆ”s atractivo de gran parte de las soluciones de protección en el mercado. La disponibilidad, en ocasiones, no se veĆa siquiera como parte de la seguridad: era el āelefante rosaā en la āhabitación de la ciberseguridadā que no acertĆ”bamos a ver y a tratar con claridad. El patito feo de la trĆada.

Dr. Alberto Partida
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Estos nuevos tiempos han servido para darnos cuenta de que āla garantĆa de disponibilidad de nuestros serviciosā es mucho mayor si pueden ser proporcionados de forma remota. Indefectiblemente, hoy en dĆa, el adjetivo remoto viene asociado al adjetivo digital si hablamos de servicios prestados por las empresas. Y si hablamos de servicios digitales, la ciberseguridad es un requisito necesario para su prestación con garantĆas suficientes.
La disponibilidad del acceso remoto a nuestros sistemas y datos ha cobrado una importancia vital: ha sido una verdadera puesta de largo de la ādisponibilidadā como valor esencial de la seguridad. En estos dĆas, la confidencialidad y la integridad acompaƱan a la disponibilidad de los sistemas online sólo si la empresa, grande o pequeƱa, tiene capacidad para ello.
Las redes privadas y los escritorios virtuales ya eran herramientas en uso entre desarrolladores, analistas, etc. El cambio actual las hace presentes en muchas otras funciones profesionales que antes no entraban en la ecuación del teletrabajo. Los centros de atención a clientes y la asistencia médica primaria son dos ejemplos.
Los profesionales de la ciberseguridad tenemos la oportunidad de innovar en este nuevo paradigma de relación profesional en nuestra sociedad. El lugar fĆsico desde el que trabajamos de forma segura ya no es relevante en nuestros equipos y organizaciones.