OSTIA para los polĆ­ticos

No sea malpensado el lector: la Ostia del tĆ­tulo no va con falta de ortografĆ­a. Lamentablemente es sin ā€œhā€, porque se refiere al acrónimo de la Online Safety Tech Industry Association, entidad constituida en Reino Unido por expertos en ciberseguridad y empresas del gremio con la finalidad, entre otras, de informar a los responsables polĆ­ticos sobre la ciberseguridad en redes e influir en las polĆ­ticas y elaboración de regulaciones. El invento cuenta con el apoyo de la GCHQ (Home Department) y del Minister for Digital and Culture. Y eso induce a pensar que OSTIA seguirĆ” sin la ā€œhā€ si hay suficientes libras esterlinas para financiar iniciativas de interĆ©s.

ā€œOstiasā€ hay en muchos paĆ­ses. Y suelen actuar, con mayor o menor fortuna, a modo de correa de transmisión del motor de la colaboración pĆŗblicoprivada. ApliquĆ©monos esto a nosotros, y formulĆ©monos algunas preguntas; por ejemplo: ĀæCómo andamos en EspaƱa de ā€œOstiasā€? ĀæTenemos una, varias o demasiadas? ĀæQuĆ© rasgos diferenciales presenta o presentan? ĀæSi no disponemos de ninguna, serĆ­a conveniente o no crearla? AhĆ­ queda.

Teleagotados

Mientras reflexionamos sobre el particular, bien merece plantear otras cuestiones de gran interĆ©s. Empiezo por la que me parece mĆ”s humana; a saber: que la mayorĆ­a de responsables de seguridad de la información y colaboradores con los que he tenido oportunidad de hablar, a caballo entre la primera y la segunda lĆ­nea de defensa –e implacablemente auditados por la tercera–, estĆ”n (literalmente) desfallecidos por el enorme esfuerzo que les estĆ” suponiendo culminar jornadas interminables de teletrabajo, en ocasiones a salto de mata. La responsabilidad ante la contingencia, las reuniones y mĆ”s de doce horas diarias de gestiones en remoto, dejan a cualquiera tocado. Y posiblemente a otras personas de otras Ć”reas de la empresa, les estĆ© sucediendo lo mismo.

Ahora que el Gobierno dice que se propone regular el teletrabajo (no se sabe si mediante una legislación específica o reformando el estatuto de los Trabajadores), merecería la pena que antes de tomar decisiones en el terreno normativo y legislativo con base preponderante en criterios laborales tradicionales, tuvieran en consideración los efectos que el entorno digital tiene o puede tener en las personas (de cualquier generación) y en las organizaciones que dan empleo. Y en las pólizas de seguros.

Expertos

Mientras tanto, aquellos que, pese a vivir en paĆ­ses democrĆ”ticos, siguen convencidos de que hay que sustituir las leyes por algoritmos, se han topado a raĆ­z de la pandemia con eso que se llama derechos fundamentales. Los mĆ”s concernidos, como el de la intimidad y el de la protección de datos personales son, a medida que avanza la ā€œtransformaciónā€, mĆ”s tangibles. La sustanciación del cumplimiento legal en el aparato tecnológico de la dimensión digital (incluido el que afecta a la ciberseguridad), va a proseguir su escalada, no su ā€œdesescaladaā€.

Y en este terreno, hay un detalle que conviene valorar: la ciberseguridad de los productos TIC legales (dejémoslo ahí) tiene que poder verificarse. Para eso estÔn la evaluación y la certificación, que son la apuesta no solo de la UE. Esto significa que los laboratorios de evaluación deben disponer de personal técnico muy experto y muy especializado. Si esto no se puede contrastar, no se les debería dejar operar en el mercado.

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