”Por allí resopla...!

Este mes toca embarcarse, adentrarse en lo profundo de las turbulentas aguas digitales que nos conciernen. Nuestro Pequod particular parte a mar abierto y, cual serviolas, la leal tripulación nos disponemos a otear lontananzas acuĆ”ticas, hoy bastante inescrutables, a la bĆŗsqueda de presa. De esta guisa, y acompasada nuestra navegación por los vaivenes de las redes marinas, resuena en nuestras cabezas la mĆ­tica expresión acuƱada por Melville en Moby Dick: ā€œĀ”Por allĆ­ resopla…!ā€

Ā”Por allĆ­ resopla! ĀæQuĆ© ā€˜resopla’? Ā”El Tribunal de Cuentas Europeo! Conocido por sus siglas, TCE, este ente ā€˜fiscalizante’ ha publicado la quinta edición de su informe ā€˜Ciberseguridad en las instituciones: órganos y organismos de la UE’, por el que saca los colores al colectivo europeo implicado, al resaltar que ā€œen general, el nivel de preparación no es proporcional a las amenazasā€, poniendo a su vez de relieve que las amenazas a las instituciones, organismos y agencias de la UE –englobadas bajo las siglas EUIBA–, ā€œestĆ”n aumentando considerablementeā€, un problema que se agrava, ya que ā€œel sector pĆŗblico estĆ” fuertemente interconectado entre sĆ­ā€ y, por tanto, ā€œlas debilidades en una entidad pueden exponer a otras a ciberamenazasā€. Por cierto, el severo tirón de orejas lleva guarnición de advertencia: los ciberincidentes se multiplicaron por diez en los organismos de la UE, entre 2018 y 2021. Asimismo, los auditores resaltan que las EUIBA no disponen aĆŗn de una estrategia coherente de seguridad informĆ”tica y carecen de controles y procedimientos bĆ”sicos, asĆ­ como de fondos y recursos. El informe, ademĆ”s, revela una falta de capacitación en ciberseguridad ā€œsistemĆ”tica’ al tiempo que pone de manifiesto ā€œdeficienciasā€ existentes en el intercambio de información sensible, asĆ­ como en la interoperabilidad de sus herramientas de comunicación. Como colofón a este panorama desalentador, el TCE tambiĆ©n examinó a los dos organismos europeos mĆ”s importantes en materia de ciberprotección: la Agencia de la UE para la Ciberseguridad (Enisa) y el Equipo de Respuesta a Incidentes de Seguridad (CERT-EU); en ambos determinó que su labor es insuficiente, asĆ­ como sus fondos y recursos. Para marearse.

Ā”Por allĆ­ tambiĆ©n resopla! ĀæY quiĆ©n resopla ahora? Pues Ā”el affaire PegAsnus! El maremoto derivado del esperpento ā€˜anaclĆ©tico’ protagonizado por el sibilino Ć©quido exfiltrador –y sus congĆ©neres subrepticios no tan mediĆ”ticos– ha anegado a no pocos actores, entes y móviles –ya oficiales, ya lĆŗdicos– de toda suerte, salpicando competencialmente a unos y otros, con fuego cruzado de improperios de dolo en vigilancia y/o espionaje. Y lo que es peor, emergiendo bochornosos tejemanejes de marineros mandando sobre patrones. La botadura de sacrificables serĆ­a inevitable. Ā”Ver para creer, o, mejor dicho, ver para oir!

ĀæPor quĆ© otro sitio tambiĆ©n resopla? En los sargazos geopolĆ­ticos, donde flotan las propuestas recogidas en la denominada BrĆŗjula EstratĆ©gica, propuesta por Borrell, en nombre del Consejo y con vistas a la Comisión, para seƱalar el conjunto de acciones necesarias para conformar una unidad defensiva de la UE de nuevo cuƱo y mayor efectividad, contemplando en ello la creación de un microejĆ©rcito de intervención rĆ”pida, y sin descuidar la imparable criticidad de la ciberseguridad. Las lecciones bĆ©licas que se siguen extrayendo del conflicto ucranio –aflorando severas carencias– y la dispersión de esfuerzos de los 27 en materia de defensa –donde los 200.000 millones aportados por los distintos paĆ­ses en gasto militar hoy se desperdician fragmentariamente– diluyen la valĆ­a geopolĆ­tica de unos activos desaprovechados y rancios. El venerable continente debe dejar de preguntarse quĆ© quiere ser de mayor y considerarse lo suficientemente adulto como para poner rumbo a la dirección correcta, navegando autónomamente, evitando naufragar en la deriva de la ineficiencia y que sus recursos para la renovación lleguen a buen puerto. Y pronto.

Ā”Por acuyĆ” resopla! ĀæQuĆ© resopla? Ā”La OTAN!, que a finales de mes atracarĆ” en Madrid con importantes incógnitas en el menĆŗ de su Cumbre. La borrasca ā€˜putinesca’ y el inquietante maelstrom fronterizo sureƱo por sobrevenir son asuntos cruciales en los que Europa no podrĆ” estar ajena.

¿Se cocinarÔ finalmente un acuerdo de cooperación con buena fe por las partes que recoja la complementariedad de la UE con la Alianza, evitando duplicidad y aprovechando sinergias entre ambas organizaciones sin pisarse los callos? La plasmación y refrendo del denominado Concepto Estratégico Madrid habrÔn de definir una cita decisiva en la que, ademÔs, supondrÔ para España la satisfacción de celebrar la efemérides de sus cuatro décadas engrosando sus filas, y, al tiempo, diluir el desencanto de haber quedado últimos en los recientes Locked Shields 2022, ciberejercicios anuales del Centro de Excelencia de Ciberdefensa de la OTAN, donde participaron mÔs de 2.000 militares y civiles concernidos formando equipos de los 32 países que la integran. No es buen presagio que acusaran precisamente el mal que hay que evitar: la descoordinación, que no la capacitación.

Como metafórico colofón cabe recordar el aviso que para navegantes daba el autor de Moby Dick en su preclara novela marina: ā€œĀ”QuĆ© no conseguirĆ” un hombre cuando desea una cosa!ā€ En asuntos de ciberprotección, ya plenamente geopolĆ­tica, ĀæsurgirĆ” un valiente capitĆ”n de la CiberseguriAhab que se avenga a arponear con determinación al cibercachalote blanco, acaso quimĆ©rico, en las procelosas aguas cibernĆ©ticas, aĆŗn a riesgo de que su pata coja quede enganchada al arpón que lo arrastrarĆ” a los abismos digitales? Veremos.

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