La sociedad ya atesora una cierta experiencia en el padecimiento de ciberataques. Y a la hora de vaticinar lo que nos espera este año, los expertos han dejado patente que las acciones y los artefactos técnico-sociales principales (phishing, ransomware, malware, denegaciones de servicio, suplantación de identidad…) y las tipologías delictivas en las que se materializan (robo, extorsión, fraudes variados, tráficos ilícitos de personas y bienes, financiación de organizaciones y actividades delictivas…), van a seguir creciendo durante este año. Al tiempo vislumbran –más allá del uso de la IA para el “mal”– la evolución de ideas creativas en la cada vez más engrasada maquinaria de la ciberdelincuencia (organizada mucho o poco) para encontrar nuevos y cómodos caladeros y, también, para sacarle mayor partido a las necesidades de algunos estados para fomentar trifulcas y conflictos a todos los niveles. Esta ha sido la pregunta de SIC: “Amenazas y ciberataques en 2023: ¿cuáles serán los más complejos y de gran impacto, se esperen o no?” Y aquí están las respuestas. Nada menos que de 274 actores, sin duda el muestreo más grande jamás hecho en España.