La otra y la ciberseguridad ānacionalā
Leo en varios medios de comunicación que Scarlett Johansson ha demandado a una aplicación, basada en un sistema de IA, que ha usado su imagen y su voz para hacer publicidad. En la información de algunos de estos medios no se indica contra quiĆ©n o quĆ© ha iniciado la actriz el proceso jurĆdico, un hecho relevante, porque aquĆ el vacĆo periodĆstico de la noticia puede llevar a muchos lectores inexpertos a creer que se puede demandar a una aplicación informĆ”tica, se base o no en un sistema de IA. Y por ahĆ empieza la desinformación involuntaria.
Por su parte el āMalignoā Chema Alonso (elladodelmal.com) hacĆa referencia recientemente en LinkedIn al nuevo mercado de āHumanos sintĆ©ticos digitalesā (no tengo palabras), referenciando una tienda en la que āYa te puedes comprar online un Humano Digital en HD para hacer DeepFakes Perfectasā. Hacer esto no es nuevo (en unas Jornadas STIC del CCN de hace unos aƱos ya se dedicó una sesión a los vĆdeos sintĆ©ticos y a los medios existentes para detectarlos). Al menos se sabe que el cuchillo que usan los buenos y el que usan los malos es de la misma calidad. Pero, al margen de la novedad, el asunto aquĆ no es Ćŗnicamente legal, policial o judicial, sino socio-mercantil y de toma de medidas tempranas. Antes de que el mercado se desmande, conviene poner algunas reglas del juego para embridar la locura sintĆ©tica que nos espera. Y, para empezar, habrĆa que analizar muy por lo menudo si la actual legislación sobre privacidad y protección de datos personales estĆ” preparada mĆnimamente para defender a los interesados. ĀæLo estĆ”?

JosƩ de la PeƱa MuƱoz
Director
jpm@codasic.com
Mercado
Mientras tanto, en nuestra licuada sociedad āya en fase incipiente de sublimaciónā se estĆ” gestando la urdimbre mercantil ciberfĆsica del futuro.
”Ah, el mercado! Casi todos vivimos de lo que en él sucede. Y en el español estÔn pasando cosas que nos hacen pensar en que su consolidación estarÔ concluida en 2025. SerÔ un éxito de los augures de las escuelas de negocios.
Veamos algunos casos. La adquisición por Indra de Sia, y de ICASyS por Sia, fue un doble movimiento muy significativo en el mercado patrio de servicios de ciberseguridad, como antes tambiĆ©n lo fue, a efectos globales, la apuesta disruptiva de Deloitte por ofrecer servicios gestionados. En la apertura de SecurmĆ”tica de este aƱo, el socio responsable de KPMG en EspaƱa anunció la apuesta de esta big four ahora por los servicios de SOC. Y mĆ”s o menos un mes despuĆ©s, Accenture hacĆa pĆŗblica la adquisición de Innotec Security, un jugador de peso en el sector de la ciberseguridad espaƱol (que habĆa iniciado ya su internacionalización), con buena presencia en lo privado y muy vinculado a la ciberseguridad ānacionalā, en la que esta acción tendrĆ” efectos.
No deberĆa pasarnos desapercibida otra operación, que ha afectado a la compaƱĆa de productos criptogrĆ”ficos Epicom (en su momento la lleguĆ© a llamar āFalsa moneaā, aquella que⦠āde mano en mano va y ninguna se la queaā) por sus avatares históricos, que la habĆan llevado a que su importancia estratĆ©gica no se compadeciera con su fortaleza financiera. Hace unas semanas, Indra y Cipherbit (Grupo OesĆa) se hicieron cada una con un 30% del capital de Epicom.
Hay mĆ”s operaciones ejecutadas, otras gestĆ”ndose. Y en un anĆ”lisis de urgencia, bien puede adelantarse que todo nos lleva a una fase sectorial en la que, de una parte, se estĆ” conformando un nĆŗcleo protegido y de confianza para prestar servicios a la susodicha ciberseguridad ānacionalā en el entorno de la antaƱo mustia industria de la seguridad y la defensa, y, de otra, los jugadores de oferta menos interesados en estos mercados clĆ”sicos de seguridad y defensa, van a seguir comprĆ”ndose y vendiĆ©ndose dentro y fuera de Europa con fines exclusivos y legĆtimos de aumentar beneficios.
De Telefónica ācompaƱĆa de origen espaƱol estratĆ©gica donde las hayaā y de STC Group hablaremos mĆ”s adelante. Para un hijo de ātelefónicoā como yo, la sensación no es buena.