Identidad Digital. ĀæQuĆ© decir? Su sustanciación, sin romper la unicidad con el mundo fĆsico clĆ”sico de las personas, sigue presentando problemas tecnológicos como base fiable para generar atributos en los que tambiĆ©n confiar y poder realizar operaciones comerciales de cualquier tipo de forma completa en remoto y jurĆdicamente impecables en base a la legislación que sea de aplicación, dos de ellas, las de privacidad y las de ciberseguridad, que estĆ”n aumentado en complejidad y dureza, y que igualmente afectan a los proveedores de servicios de confianza.
Al tiempo, la identidad y los accesos siguen planteando retos para su gobierno y gestión en las organizaciones y escenarios de āempresa extendidaā en prĆ”cticamente todos los frentes: creación de credenciales, identificación, autenticación, autorización, control de los accesos, trazabilidad y auditorĆa. Peor todavĆa si vamos mĆ”s allĆ” y empezamos a incorporar en la ecuación las OTs, la IoTs, los sistemas de IA y los actos jurĆdicos documentados a escala nacional e internacional.
SIC aporta en este número unas pÔginas especiales dedicadas a informar de forma multidimensional sobre los últimos avances y nuevos frentes que se estÔn registrando en esta materia. No tiene desperdicio.
Esta información bien puede servir de aperitivo para lo que se tratarĆ” los dĆas 15 y 16 de este mes en IdentiSIC āhttps://revistasic.es/identisic/propuesta-ser-para-creer/ā, evento que tendrĆ” lugar en Madrid en modo presencial y retransmitido, y en el que se van a tratar de forma comprometida asuntos de los que no es habitual hablar, como por ejemplo las consecuencias de una eventual ley espaƱola de identidad digital. El evento contarĆ” con la participación de especialistas del mĆ”ximo nivel en todos los frentes del mundo de la identidad digital y su creciente envergadura.
CRI. En la reciente reunión mantenida en Washington (EE.UU.) por los miembros de la Iniciativa Internacional contra el Ransomware (CRI), en la que han participado 48 paĆses āEspaƱa entre ellosā, ademĆ”s de incorporarse 13 nuevos socios, se han tomado decisiones relevantes, entre las que destaca la declaración polĆtica de que los gobiernos miembros de la Iniciativa no deben pagar rescates. Igualmente, se ha apostado por un compromiso global por la āresiliencia, la cooperación y la disrupción a travĆ©s del Pilar de PolĆtica, el Pilar de Diplomacia y Desarrollo de Capacidades CRI y el Grupo de Trabajo Internacional contra el Ransomware (ICRTF)ā. Este Ćŗltimo presentó sus acciones para el intercambio de información entre los cerca de 50 miembros del CRI a travĆ©s de diferentes herramientas operativas, la cooperación para capacitar a los nuevos miembros en desarrollo cibernĆ©tico, e información sobre plataformas de intercambio de información para compartir indicadores de amenazas.
Al tiempo, se acordó la creación de una lista negra de billeteras digitales ilĆcitas utilizadas por los actores de ransomware. TambiĆ©n hubo compromiso para ayudar con capacidades de respuesta a incidentes a cualquier miembro del CRI que sea objeto de un ataque por ransonware que afecte a servicios gubernamentales y crĆticos.
El crecimiento de CRI āiniciativa en la que EspaƱa no estuvo invitada a participar directamente en un primer momentoā, es prueba del impacto económico, social y polĆtico que estĆ”n teniendo las operaciones delictivas que usan el ransomware y explotan el chantaje, la coacción y la extorsión a personas fĆsicas y jurĆdicas. Ante algo asĆ, parece que las reticencias a colaborar se van difuminando.
Accenture, en una operación a la que no ha sido ajena Accenture Security, ha adquirido la compaƱĆa especializada Innotec Security, un proveedor focalizado en servicios de ciberprotección y seguridad de la información. Este movimiento, que no es el Ćŗnico que ha protagonizado en los Ćŗltimos tiempos una empresa espaƱola de este sector y una multinacional, es de gran calado en el mercado ibĆ©rico y en todos los paĆses en los que opera la adquirida. Y tambiĆ©n lo es para la compradora, que refuerza claramente su apuesta por la ciberseguridad.