Ley de Inteligencia Artificial europea. Como cabĆ­a esperar, la denominada EU AI Act obtuvo, por parte del Parlamento Europeo en marzo, luz verde ā€“en grado mayoritarioā€“, para iniciar su odisea existencial, periplo al que se augura no pocos zarandeos normativos en sus derivadas legislativas conforme se vayan culminando los plazos de aplicaciĆ³n y cumplimiento. Con todo, supone un hito relevante en el empeƱo de impedir el libre albedrĆ­o de unas tecnologĆ­as potentemente disruptivas. Ahora queda por saber cĆ³mo se podrĆ” conciliar el embridamiento europeo al uso desmedido de sus capacidades y, al tiempo, saber soltar cuerda para ser capaces de innovar con ella y poder competir en los frentes tecnolĆ³gicos planetarios, mĆ”s descarnadamente laxos en exigencias legislativas y Ć©ticas. Al tiempo, la lucha por saber quĆ© bando aprovecha mejor sus colosales capacidades podrĆ” percibirse conforme la promiscuidad de la IA sea aprovechada en mayor o menor medida por el bando de la ciberprotecciĆ³n y su opuesto, el de la ciberdelincuencia.


Espacio TiSEC. A pleno SOC. Durante este evento, organizado por SIC en febrero del presente, se pudieron vislumbrar algunos movimientos que van a traer consecuencias al cada vez mĆ”s poblado ramo de los MSSPs y que, muy posiblemente, hagan que los oportunistas se lo piensen dos veces a la hora de hacer el paripĆ© e ir quemando el mercado con servicios malos y baratos. Ya estĆ” marcada la lĆ­nea para considerar la ciberseguridad gestionada como una actividad esencial, y a los que la prestan, se les va a definir y se va a crear una certificaciĆ³n. De hecho, en nuestro paĆ­s ya hay una experiencia piloto al respecto. El camino para la certificaciĆ³n de MSSPs ya estĆ” abierto en la UE. DĆ©mosle tres aƱos de recorrido si no sucede algo que lo frene o lo acelere.

En la parte que le toca, el CCN, a travĆ©s de la RNS, en la que ya pueden participar SOC privados, aventura que, tarde o temprano, solo los miembros con categorĆ­a GOLD (la categorĆ­a se mide por cantidad y calidad de comparticiĆ³n) tendrĆ”n opciĆ³n de presentarse a concursos de las administraciones pĆŗblicas. Y todos sabemos que, al final, el contratista privado (sea o no del Ibex35), siempre toma muy buena nota de estas circunstancias.

En el evento, se profundizĆ³ en algunos escenarios de sectorizaciĆ³n que condicionan de forma evidente los servicios de ciberseguridad gestionada, en entornos tecnolĆ³gicos (OT/IoTā€¦) y en escenarios de TIC. A tal efecto se empieza a vislumbrar una especializaciĆ³n de SOC no generalistas, como los denominados de ā€œmisiĆ³n crĆ­ticaā€, los SOC de aplicaciones o aquellos denominados autĆ³nomos, por haber alcanzado un nivel de automatizaciĆ³n elevado en muchos de los niveles de servicio y una plasticidad real en sus catĆ”logos.

Bien puede decirse que se estĆ” preparando una revoluciĆ³n en el hoy superpoblado ecosistema de MSSPs+SOC, que va a provocar la racionalizaciĆ³n en el nĆŗmero de jugadores y la apariciĆ³n de un grupo selecto y distinguible de proveedores especializados comprometidos con la calidad y no tan sensible a los precios.


Ciberseguridades nacionales. ĀæCĆ³mo organizarse? En esta ediciĆ³n la revista SIC ha afrontado un reto titĆ”nico; a saber: conocer cĆ³mo van organizando los estados europeos, los estados miembros de la UE y algunos otros estados no europeos la protecciĆ³n de su ciberespacio.

El trabajo ha sido apasionante y, al tiempo, extenuante. Por mucha cultura que se comparta, cada paƭs es un mundo atado a su historia y a sus estructuras. Y la ciberseguridad es una disciplina y una prƔctica nueva que se ha ido acomodando a lo ya existente y, al tiempo, generando nuevos constructos a veces incalificables y todavƭa no maduros como para hacer un cuadro comparativo exhaustivo.

Sea como fuere, el lector sagaz encontrarĆ” en el especial de este nĆŗmero una informaciĆ³n de alto valor, en momentos en los que la situaciĆ³n global no es especialmente tranquila, la de la UE, tampoco. Y la de EspaƱa, menos, porque los posibles cambios legales y organizativos, orientados a la mejora de la gestiĆ³n de la (ciber) seguridad nacional que pudieran derivarse de la trasposiciĆ³n de la NIS2 y de una futura ley de ciberseguridad, no estĆ”n consensuados todavĆ­a. Y van a dar guerra.

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