A rastras, mal y tarde
Manu Clavijo, un fiel compaƱero de mis otras correrĆas ālas musicalesā, tuvo el acierto de titular uno de sus Ćŗltimos discos āA rastras, mal y tardeā, sin duda una suculenta locución que hoy traigo a esta tribuna para centrar el contenido en esta ocasión.
A nadie se le escapa el sagaz significado de esta parĆ”frasis que, grosso modo, sugiere estarse āobligado, forzado y/o de mala ganaā a hacer algo. Cabe preguntarse si lo que ahora comentarĆ© se adhiere a esta aseveración.
Hace justo un lustro en esta misma sección, que titulé en afrancesada expresión mayestÔtica On verra, Madrid (ya veremos, Madrid), di cuenta del nacimiento del Cluster v2 de ciberseguridad matritense.
Una docena de aƱos antes tuvo lugar el alumbramiento, postreramente fenecido, de la primera versión, nacida en 2007 bajo la denominación āCluster de Seguridad y Confianza de la Comunidad de Madridā, a instancias del Instituto MadrileƱo de Desarrollo (IMADE) y de la por entonces Dirección General de Innovación y TecnologĆa de la Comunidad de Madrid.

Luis G. FernƔndez
Editor
lfernandez@codasic.com
El constructo no cuajó. MĆ”s allĆ” de dilapidarse buena parte de su presupuesto en traerse de paseo mediĆ”tico como cebo al carĆsimo y muy manoseado Kevin Mitnick ācharleta de guardarropĆa medianteā, el su por entonces director āLucio GonzĆ”lezā, no pudo ni evitar malograr el potencial ni el desencanto de su decena inicial de socios, fracasando en el empeƱo de dar continuidad y Ć©xito a una idea inicialmente cautivadora con gran potencial. Al final este estĆ©ril esfuerzo quedó desvanecido feneciendo en un agónico concurso de acreedores en 2015.
Tras este desolador y fallido episodio, nos encontramos āya doce aƱos despuĆ©sā con la renacida release 2, que anuncia en 2019 su ārefundaciónā bajo la denominación CyberMadridāClĆŗster de Ciberseguridad de Madrid, dando sus primeros pasos al constituir junta directiva y marcando sus objetivos. La pretensión de dicho ClĆŗster, constituido como asociación sin Ć”nimo de lucro, con personalidad jurĆdica propia y patrimonio propio independiente, es ser un punto de encuentro de empresas, asociaciones e instituciones, tanto pĆŗblicas como privadas, que desarrollan actividades en el Ć”rea de Madrid, en nuestro sector. Desde entonces, al frente figura un prestigioso profesional, āCISO en la actualidadā con una solvente trayectoria en la gestión de la ciberseguridad y conocimientos precisos de los retos tecnológicos asociados: DamiĆ”n Ruiz. MĆ”s de 1.500 dĆas despuĆ©s, el balance, lamentablemente, es escueto. Modestas cuando no tĆmidas acciones de relaciones sectoriales extramuros y, por el momento, hueros resultados con racimos hermanos.
SegĆŗn declaraciones del actual Consejero de Digitalización de Madrid, Miguel López-Valverde, āMadrid es la locomotora tecnológica de EspaƱa; un tercio de todas las empresas que se dedican a tecnologĆa estĆ”n ubicadas aquĆ y hay mĆ”s de 280.000 personas en la Comunidad que se dedican al sector tecnológicoā.
Estos guarismos, que al parecer sitĆŗan a la región como la segunda continental con mĆ”s talento digital, no parecen corresponderse con el enjuto tejido de ciberseguridad asociado a CyberMadrid y al empaque de su actividad tras un quinquenio de recorrido. Las actividades del mismo, con advisors iniciales poco resultones, no han sido de gran relevancia y asiduidad, mĆ”s allĆ” de algunos eventos de similar contenido a los celebrados ya previamente en otras demarcaciones (por ejemplo, de salud y entornos sanitariosā¦) o mismamente el de este mes de abril sobre fraude digital, quizĆ” tecnológicamente sobrecargado (un tema que por cierto ya desde SIC abordamos hace la friolera de 10 aƱos con el premonitorio tĆtulo de āEl control de riesgos de fraude ante los nuevos escenariosā).
De Madrid, aparte de postureos selfialidosos innecesarios, cabe esperar mucho, muchĆsimo mĆ”s. Cabe ser y parecer proporcional al consistente, innovador y masivo potencial del tejido empresarial en ciberseguridad de la región, nutrirse de su pujanza y ganarlo para la causa.
Enfocar atinadamente los esfuerzos en averiguar y entender el tallaje de un efervescente sector madrileƱo que, aun asĆ y con todo, adolece de dispersión, desconfianza y de estar mal atendido; cohesionarlo mediante la cooperación sincera y transparente, contribuyendo a su dinamización como es debido de cara a su proyección exterior, propiciando, por ejemplo, su exhibición en un marco ferial potente, Ćŗtil y a la altura āen las antĆpodas de los sucedĆ”neos descafeinados de todos conocidosā, son objetivos que deberĆan de estar muy presentes en un loable propósito cual es ser, de una vez, el nodo de excelencia y referencia que por potencial le corresponde a Madrid.
Con todo, para redondear el incomprensiblemente adormecido panorama matritense, las personas y entes residentes en la capital espaƱola seguimos (a fecha de cierre de esta edición) acĆ©falos de adalid al frente de la Agencia de Ciberseguridad de Madrid, que ufana anunció su esperanzador emerger a finales de 2023 y a fecha de hoy aun sigue huĆ©rfana tras el fallido fichaje inicial propuesto āy descartadoā del pertinente Consejero Delegado para encomendar la llevanza de la Agencia bajo el precepto de fichar āāa un profesional de reconocido prestigio en el Ć”mbito de la ciberseguridadā. Para mĆ”s inri en este incómodo contexto y aunque Madrid Digital y CCMAD prosiguen sus quehaceres competenciales con nota, no es de buen gusto el afloramiento mediĆ”tico de ciberincidentes como el sucedido en febrero pasado con el Consorcio de Transportes. Otros entes gestores de ciberprotección pĆŗblica de similar corte āCyberzaintza (antes BCSC), ADA andaluza, Agencia de Ciberseguridad de CataluƱa, CIBER.gal ā¦ā, para sonrojo de los concernidos, se han mostrado mucho mĆ”s madrugadores y ya llevan aƱos con acciones y fastos de mucha mayor enjundia y visibilidad. La verdad es que a unos aĆŗn nos gusta no dejar las neuronas al dolce far niente en este asilvestrado berenjenal digital, recostadas haraganeando entre mullidas y narcotizantes nubes lĆmbicas de transformación cibernĆ©tica. Por el contrario, ansiamos que se tome carrerilla, se recorte distancia y se compita Ć”gilmente en el frente del buen hacer en la ciberprotección.
Por lo que aguardamos expectantes a la enmendalla, y si a nuestro pesar prosiguiera el desatino y la inapetencia, aquĆ en SIC, residimos desde hace un pelĆn en estas esperanzadoras tierras ātal que 32 aƱos mismamenteā y algo sabemos de posibles candidatos a la llevanza, limpios de pelo, sesgo y paja. La consultorĆa serĆa gratis. Todo sea por Madriz.