Es triste pedir, pero mƔs triste es robar
Como ya es tradición, al comienzo de un nuevo aƱo, saco mi bola de cristal del cajón olvidado, la desempolvo y comparto en esta columna mis ideas sobre cómo lo que nos depara 2025 en el Ć”mbito cĆber.
Antes de anticipar escenarios, hagamos un pequeƱo viaje al pasado, hacia las raĆces de la palabra ācĆberā. Tiene su origen en el tĆ©rmino griego antiguo kybernetes (ĪŗĻ Ī²ĪµĻνήĻĪ·Ļ), que significa timonel o gobernador. Por aquellos tiempos, evocaba la figura del navegante, el encargado de guiar y controlar el rumbo de una embarcación.

Dr. Alberto Partida
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Fue el matemĆ”tico y filósofo de Columbia (Missouri) Norbert Wiener, quien, en 1948, rescató este concepto para acuƱar el tĆ©rmino cibernĆ©tica (cybernetics). Definió esta disciplina como āel estudio de los sistemas de control y comunicación en seres vivos yā¦, Ā”oh! sorpresa, en mĆ”quinasā, centrĆ”ndose en cómo estos sistemas procesan información, se autorregulan y responden a su entorno. AsĆ, estableció una analogĆa entre sistemas biológicos y tecnológicos, que ha demostrado tener un largo recorrido: un ejemplo, hablamos de āredes neuronalesā en inteligencia artificial.
Todo esto lo aprendĆ gracias al profesor Fernando SĆ”ez Vacas, en su asignatura de teorĆa de sistemas complejos. Desafortunadamente ya no estĆ” con nosotros desde el dĆa de Navidad de 2018. Aquellos que fuimos alumnos suyos, siempre le recordaremos como un gran erudito innovador.
Con la expansión de las tecnologĆas digitales y los sistemas informĆ”ticos, el prefijo āciber-ā comenzó a utilizarse para describir todo lo relacionado con el espacio virtual, las redes y los sistemas de información. El escritor de ciencia ficción William Gibson, primero en su relato corto Burning Chrome, publicado en 1982, y, mĆ”s tarde, en su novela Neuromancer (1984), fue el primero en utilizar el tĆ©rmino āciberespacioā como un āpaisaje alucinatorioā generado por computadoras y redes digitales.
En ciberseguridad, el prefijo āciber-ā refleja esa dimensión digital donde convergen las comunicaciones y transacciones electrónicas entre sistemas de información: la seguridad del ciberespacio es la protección del entorno digital.
En 2025, ese control del mundo digital de tu organización dependerÔ mÔs que nunca de la robustez de toda la cadena de valor: proveedores, servicios, software, personas, procesos y, por supuesto, personas.
AquĆ va mi consejo para 2025: involucra a tus proveedores en la prevención, detección y gestión de los incidentes de ciberseguridad que pueden, o, mejor dicho, que van a afectar a tu organización. Esa colaboración no puede ser superficial y protocolaria, sino activa y estratĆ©gica. Establece canales efectivos de comunicación, comparte posibles escenarios de riesgo, entrena las medidas de contención que tendrĆ”s que tomar con ellos, realiza simulacros conjuntos, interĆ©sate por tu seguridad, conviĆ©rtelos en tus aliados, conoce sus mayores desafĆos y, si son mĆ”s pequeƱos que tĆŗ, ayĆŗdales a mejorar su seguridad.
Evita que les roben, y, asĆ, con suerte, tu organización no serĆ” vĆctima de uno de los ataques que sufrirĆ”n tus proveedores. Sólo asĆ podrĆ”s ser un buen timonel en el mundo digital actual.