Modelo Ćŗnico y compartido de Declaración Responsable para la Gestión de Terceras Partes. Dos excelentes directivos expertos en ciberseguridad, Francisco LĆ”zaro y Mariano J. Benito, firman un artĆ­culo –publicado en esta edición de SIC– en el que presentan una interesante iniciativa de numerosos CISO y del ISMS Forum Spain (ente asociativo que, curiosamente, todavĆ­a no cuenta con Vicepresidente emĆ©rito y sĆ­ con Presidente emĆ©rito) al objeto de contribuir a instaurar orden normalizador en lo que el responsable de seguridad de la información ha de preguntar en materia de ciberseguridad a la cadena de suministro de su organización o grupo (los autores prefieren llamar a la cadena de suministro, ā€œred de suministroā€) y de lograr mĆ”s eficacia y mayores eficiencias para clientes y proveedores.

SIC aplaude esta acción, porque aporta muchas ventajas al fin último perseguido: mejorar la posición de ciberseguridad de todos los intervinientes.

ĀæInconvenientes? PodrĆ­a haberlos. Pero hay que confiar en que la inteligencia y la buena voluntad de las partes no dejarĆ”n que se presenten. De un lado, lo que un cliente considere adecuado preguntar a un proveedor deberĆ” quedar entre ellos y en el marco de la legislación vigente; de otro, los grandes clientes deben tener claro que ā€˜apretar’ en exceso a la cadena de suministro, ademĆ”s de ser malo para el mercado y la buena marcha de la economĆ­a, podrĆ­a convertirse en una nueva familia de riesgos en los que la tercera lĆ­nea (la auditorĆ­a interna) algo tendrĆ­a que decir.


Dependiendo de ti. Precisamente la revista SIC va a organizar en junio del presente una nueva edición de Espacio TiSEC, cuyo título lo dice todo: Dependiendo de ti. (La imagen y los mensajes de este evento los tiene, lector, en la contraportada de esta edición).

Alcanzar y mantener globalmente una posición robusta de ciberseguridad es, hoy, uno de los mayores retos que tiene planteado la Humanidad. Afecta a personas fĆ­sicas y jurĆ­dicas, a estados, colectivos, viejos, mayores y pequeƱos, hombres, mujeres, sectores, investigación y desarrollo, economĆ­a, defensa militar, inteligencia, polĆ­tica… Nada escapa.

Hay que poner orden en este revoltijo y hacer el mejor trabajo posible en estos momentos de inquietud geopolĆ­tica. La revista SIC intentarĆ” plantear la mejora de la ciberseguridad en la cadena de suministro poniendo en juego actores nucleares: legisladores, reguladores, grandes clientes (ICs y servicios esenciales), proveedores…, tecnologĆ­as, servicios tecnológicos y aseguradoras. La organización que no tenga en cuenta la actividad de las aseguradoras y los mediadores en este Ć”mbito, tiene todas las papeletas para sucumbir.


Luego de un innecesario y dilatadísimo hiato, al fin la Agencia Española de Protección de Datos puso punto final al limbo institucional al que la sometió un paralizado ministerio de Justicia, normalizando su irregular situación al incorporar ya a sus dos nuevos principales mandatarios: Lorenzo Cotino Hueso, y Francisco Pérez Bes, presidente y adjunto al presidente, respectivamente, los cuales acreditan trayectorias muy reseñables y contrastada soltura frente a un ecosistema tecnológico cuya sofisticación y complejidad ha venido sacudiendo los cimientos de una privacidad vetustamente entendida y necesitada de que la insuflaran el nuevo devenir de los histéricos tiempos sobredigitalizados.

Junto a las felicitaciones a los mentados y el sincero deseo de que el organismo catapulte óptimamente su servicio y amplĆ­e la cooperación franca con cuanto actor, pĆŗblico y privado, nacional o internacional, haya de interactuar, y ante el desafĆ­o de atender con visión las nuevas y nada triviales demandas, es de justicia seƱalar que en el camino hacia el rearranque de la AEPD se quedaron cosas. Y personas. Tal es el caso de –entre otros– Antonio Troncoso Reigada y Leonardo Cervera Navas, en su momento postulantes a las candidaturas del organismo.

Son de agradecer su aportación histórica y el compromiso por sumarse a la puesta al día de esta decisiva agencia y también su elegancia al desistir ante lo irremediable. Sobre el pedigrí curricular de ambos poco hay que decir: el primero fue director de la Agencia de Protección de Datos de la Comunidad de Madrid entre 2001 y 2010 y el segundo es el actual Secretario General del Supervisor Europeo de Protección de Datos. Ahí es nada.

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